|
||||
|
Yo al
principio, en febrero que empezó a escucharse el rumor de una pandemía en el país
de China, pensé que ese país estaba muy lejos y no llegaría hasta acá, mientras
más oía las noticias parecía que muchas personas no se lo estaban tomando tan
en serio y muchos países no cerraron sus fronteras por lo que la gente siguió
viajando. Escuche que la enfermedad era grave y podía ocasionar la muerte, me
preocupo que en nuestro país los servicios de salud están muy saturados y que,
si la enfermedad llegaba acá, sería un caos.
Cuando
cerraron nuestra escuela en marzo (A días de mi cumpleaños 😭) porque la pandemia nos había alcanzado y ya había
casos en el país pensé que eso lo resolverían pronto, que quizás unos meses y
volveríamos a la normalidad. Cambio la
forma de trabajo, me dispuse a que mis alumnos siguieran trabajando como lo
hacíamos en el salón, pero en su casa. Me di cuenta que no era fácil para
todos, algunos me enviaban sus trabajos solitos y empezaban muy temprano a
hacer sus actividades, otros nunca me mandaron nada a pesar de que les enviaba
mensajes para preguntarles como los ayudaba.
Empezó a
pasar el tiempo y lo que más me molestaba era la incertidumbre de no saber qué
pasaría, y nosotras las maestras no sabíamos exactamente como actuar, de pronto
decidieron cortar el ciclo escolar antes y me sentí muy triste de no despedirme
personalmente de mis alumnos del ciclo pasado, solo por mensajes.
Después comenzó
como un bombardeo de cursos, de conferencias y webinar por Internet para
apoyarnos a los maestros como trabajar de manera digital con nuestros alumnos y
de mayo a julio estuve estudiando, termine ocho cursos y escuche muchas
conferencias de maestros que contaban sus experiencias y daban recomendaciones
de cómo ayudar a nuestros alumnos con esta situación. También empecé a buscar información
sobre como relajarme porque me estaba sintiendo muy ansiosa, me inscribí a un
curso de meditación y otro de yoga virtuales, fueron de mucha ayuda.
Lo que más extrañaba era ver a mis alumnos y visitar a mi familia.
A finales julio nos dijeron que regresaríamos a clases el 3 de agosto y me empecé a preocupar
nuevamente porque se seguían escuchando muchos casos de COVID ahora en la comunidad. Dos
de mis familiares no tan cercanos, se enfermaron y supe más de lo que hace el COVID,
desgasta el organismo al punto que necesitaron oxígeno para poder respirar, por
fortuna los dos se recuperaron y también así supe que el COVID deja secuelas
que pueden ser graves. No quería que mis alumnos o sus familias se
contagiaran, mucho menos yo. Así que cuando dijeron que esperaríamos más tiempo
y que el regreso seria a distancia sentí un poco más de alivio. Sabía que sería
difícil, pero para mí era la mejor opción, quiero que salgamos sanos de esta situación.
Y aun me
siento un poco intranquila, sé que esto dependerá de que hagamos un equipo, de
sus ganas de aprender, de hacer sus actividades, de mí, de hacerles actividades
distintas, de la tecnología que tengamos, de saber usarla, del apoyo de sus
papas, en fin. Será un buen reto y una buena anécdota que platicar cuando por
fin podamos salir de esto y volver un poco a nuestra vida normal.
Aprendí que
debo cuidar más mi salud, alimentarme mejor, cuidar mis emociones, mis
sentimientos y que a veces lo que parece cotidiano como reír con toda tu familia
en la mesa es lo más valioso del mundo.
Comentarios
Publicar un comentario
Tu opinión es importante, déjala aquí.